domingo, 7 de octubre de 2012

LECTURA EN ZAPATILLAS

Queridos alumnos de 2º B:

Bienvenidos a este "Sujetos múltiples" que espero pronto lo convirtáis en vuestro. Como os dije, os dejo la presentación de las lecturas para casa, "en zapatillas", que de lo que se trata es de que estemos cómodos leyendo...

Ya sabéis que añadimos vuestra sugerencia de Los juegos del hambre, que piendo leerme en cuanto pueda -me la habéis pintado tan bien, que no me voy a resistir...

Y ahora...¡a leer!

 

jueves, 7 de junio de 2012

POESÍA DEL SIGLO DE ORO PARA ESCUCHAR

Ninfas en el lago, de Ulpiano Checa


Mas con la lengua muerta y fría en la boca
pienso mover la voz a ti debida.

(Garcilaso de la Vega, Égloga III)

Estos versos del poeta Garcilaso de la Vega son toda una declaración de intenciones: el amor como fuerza y motor de la palabra, incluso en la muerte, tan intenso es el sentimiento que le inspira. 
Si quieres leer algo más de Garcilaso de la Vega, está es su página.


¿Os gustó "Escrito está en mi alma vuestro gesto"? Pues aquí, en el canal de  Ivoox de la Fundación Garcilaso podéis  escuchar diferentes versiones.


De San Juan puedes escuchar y leer  El cántico espititual
o esta preciosa versión que hace Enrique Morente del "Cantar del alma que se huelga de conocer a Dios por su fe".


(Añadido 19-61, vía Leoqueleo: Pájaro,  a ritmo de blues, pone música a "Tras un amoroso lance"

 


No podíamos irmos sin una muestra de poesía barroca: escucha una selección de poemas de  Luis de Góngora,  Francisco de Quevedo o  Lope de Vega.
Disfrutadlas.



Esta estupenda presentación del profesor Jose Mª González Serna (vía Letras Heridas) os servirá para repasar y comprender mejor el contexto y las características de la poesía de los Siglos de Oro.


Lírica de los Siglos de Oro









viernes, 1 de junio de 2012

¡ENHORABUENA, SARA!



Sara García, nuestra compañera de 3º ESO B, ha sido premiada con el Accésit en la categoría de Prosa del XXVI Certamen literario del IES María Moliner de Coslada (Madrid), dirigido a estudiantes  de centros públicos de 2º ciclo de ESO, Bachillerato y Ciclos formativos de Grado Medio y Superior de la Comunidad de Madrid. Se ha alzado con este merecido segundo puesto por el relato Cada segundo de la vida que podéis leer a continuación. Querida Sara, mil enhorabuenas por este premio...y por el trabajo de cada día.



Cada segundo de la vida
Joel solo pensaba en correr. Como podía se sujetaba al brazo izquierdo, herido y lleno de sangre. Rin iba unos pasos por delante de él y un disparo la hizo girarse. Cuando vio a su hermano en el suelo se acercó para ayudarle.
-¡Rin, vete! –gritó Joel, pero Rin ya lo había cogido en brazos para llevárselo.
-Sin ti no me voy –respondió.
Rin echó a correr. Era una joven cazadora, de complexión atlética y con mucha fuerza. Su piel morena contrastaba con su melena rubia y sus ojos azules, un recuerdo de un padre al que no llegó a conocer. Joel, su hermano pequeño, era bajito y tenía una expresión dulce y amigable. Su físico encajaba más con el perfil de la tribu, pues su padre no era un forastero, sin embargo también tenía los ojos azules como su hermana.
-¡Rin, cuidado! –le advirtió Joel, pero lo dijo demasiado tarde.
La joven había esquivado todos los obstáculos del bosque, pero no había contado con las trampas. De pronto Joel se encontró tirado en el suelo. Una gota de sangre le cayó en la cara y, al ver a su hermana colgada de un pie y con algunas flechas en el cuerpo, la dio por muerta.
Intentó arrastrarse lejos de allí, pero alguien lo agarró y lo lanzó contra un árbol.
-No lo trates así, solo es un crío –dijo una voz femenina.
-Cállate, Lin. Este niño no sirve –dijo una voz masculina.
-Venga, Lewis, deja de maltratarlo. Se recuperará –dijo otro hombre.
-Lewis, por favor, haz caso a Mike. Como lleguemos sin nada, el jefe nos mata.
Lewis se rindió y se marchó enfadado.
Lin se acercó al niño y lo intentó despertar, pero fue inútil. A pesar de estar inconsciente, Joel sintió como ella lo rodeaba con sus brazos y lo levantaba, llevándolo hacia su nueva vida como esclavo.
Cuando todos se marcharon, un chico lleno de pintadas azules salió de entre los árboles y se acerco a Rin. Nunca había visto a nadie igual y cuando iba a alargar la mano para tocarla, Rin abrió los ojos. El muchacho retrocedió de un salto.
-Ayúdame –suplicó Rin, agonizando-, se han llevado a mi hermano.
El chico la ayudó a bajar de la trampa, evitando que Rin cayera al suelo de golpe. Cuidadosamente, la depositó sobre la hierba y le quitó las flechas. Rin vio que sus heridas sangraban mucho, pero el muchacho sacó un ungüento de su zurrón y la hemorragia paró. Al cabo de un rato, Rin se sentía estupendamente.
-No sé cómo voy a agradecerte esto. Por cierto, ¿cómo te llamas?
-Soy Ulim, ¿y tú?
-Me llamo Rin –dijo levantándose-. Ha sido un placer, pero ahora debo irme.
-No te vayas, aún estás débil. Ven a mi aldea, allí te curarán en condiciones.
-Pero...
-Si vas directamente al campamento, sólo conseguirás matarte.
Rin asintió y ambos se dirigieron a la aldea de Ulim. Allí él la llevó a la cabaña de Kira, su curandera. Los cuidados de Kira eran efectivos, pero Rin no se recuperaba tan rápido como deseaba. Lo único que la retenía allí era la compañía de Ulim, pero temía que se llevaran a su hermano. Un día no pudo más, y comenzó a recoger sus cosas.
-¿Qué haces, Rin? –le preguntó Kira.
-Nada, solo quería saber dónde estaban mis cosas.
-No te creo –dijo Ulim mientras entraba.
Rin iba a replicar, pero se quedó callada. Kira miró a ambos con una media sonrisa.
-Os dejo solos –dijo según se marchaba.
-¿Ibas a ir al campamento, verdad? –quiso saber Ulim.
-No es asunto tuyo –contestó.
-Sí que lo es.
-¿Por qué?
-Por esto –dijo acercándose a ella, y entonces la besó.
Rin abrió mucho los ojos. Nunca la habían besado, pero jamás habría imaginado que sería tan tierno y dulce. Lentamente, cerró los ojos y se dejó llevar, sabiendo que Ulim tenía esa misma sensación. Cuando terminaron, ambos se miraron a los ojos.
-No quiero perderte –dijo Ulim al fin-. Aún no estas recuperada, y si entras allí, no saldrás viva.
-Esperaré –suspiró.
Ulim asintió, dedicándole una cálida sonrisa.
-Me tengo que ir, tengo que ayudar en la cacería.
-Ve –dijo Rin, besándole de nuevo. Ulim le devolvió el beso y se marchó.
Rin suspiró y siguió recogiendo sus cosas. A pesar de lo que le había dicho a Ulim, quería salvar a su hermano, así que salió por una ventana y se adentró en el bosque.
Comenzó a caminar, orientándose por los árboles. Sabía que estaba cerca, por lo que tuvo que ir con cuidado. Comenzaba a distinguir algunas tiendas de campaña, cuando alguien le agarró el brazo y la hizo girarse.
-¿Qué demonios estas haciendo aquí, Rin? –le dijo un hombre lleno de heridas.
-¿Fugu? –dijo al reconocer a su padrastro.
-Sí, soy yo, ¿pero se puede saber dónde te habías metido?
Rin recordó que Fugu había estado con ella el día en que habían secuestrado a Joel.
-Intentamos escapar, pero a Joel le dispararon y yo caí en una trampa. A él se lo llevaron y a mí me dieron por muerta, pero un chico de una aldea cercana me salvó. He estado con ellos todo este tiempo. ¿Y a ti que te ha pasado? –dijo al ver las heridas.
-Sufrimos un asalto de los traficantes y ahora hemos venido a recuperar a las personas que se llevaron. ¿Nos vas a ayudar?
Rin no se lo pensó dos veces y asintió enérgicamente. Fugu le contó el plan y, cuando recibieron la señal de los otros, ambos entraron corriendo en el campamento. 
Ulim se dio cuenta demasiado tarde de que Rin no estaba, pero cuando lo hizo no perdió el tiempo dando explicaciones: saltó por la ventana y comenzó a seguir el rastro que la muchacha había dejado en el bosque. Sabía donde iba a estar, pero no lo quiso admitir hasta que la vio luchando, y se quedó boquiabierto: Rin peleaba llena de rabia y dolor, motivada por la idea de que su hermano podría estar vivo. Ulim nunca la había visto tan bella, con la larga melena ondeando en su espalda al compás de sus ágiles movimientos de gacela. Quiso seguir observándola, pero se acerco para ayudarla.
-Anda que eres cabezota –dijo sonriendo-. Ve, te cubro las espaldas.
Rin le devolvió la sonrisa y echó a correr, adentrándose más en el campamento.
-¡Rin, ven aquí! –le gritó Fugu saliendo de una tienda de campaña-. Sigue desatando los nudos mientras yo me encargo de los traficantes.
Rin entró en la cabaña, seguida de Ulim. Un grito los sorprendió a los dos.
-¡Hermana! –gritó Joel. Rin corrió a abrazarlo-. Pensé que estabas muerta.
-No, mi niño, estoy viva. Ven, te sacaremos de aquí –le dijo mientras le desataba las manos. Los tres comenzaron a desatar a los demás y cuando salieron de la tienda vieron que los traficantes estaban muertos. El campamento era suyo.
-Por fin –dijo el jefe de la tribu de Rin-, por fin nos hemos librado de este tormento. Ahora nuestro pueblo podrá caminar tranquilo por este bosque.
Todos los presentes lanzaron gritos de júbilo, pero hubo uno de dolor que sonó por encima de los demás.
Detrás de Rin estaba Ulim, tirado de rodillas en el suelo y mirando sorprendido hacia su estómago, donde sobresalía la punta de una lanza. Tras Ulim, estaba Mike, uno de los traficantes, con una lanza en la mano.
-Esto es por Lin –dijo clavándole más el arma, pero apenas tuvo tiempo de hacer fuerza, pues varios de los presentes aún tenían sus arcos cargados y le dispararon. Cayó muerto al instante.
Rin ignoró todo lo demás y se agachó junto a Ulim.
-No te mueras –le pidió mientras intentaba contener las lágrimas.
-Cabezota –dijo él sonriendo.
-Por favor –suplicó.
-Lo siento, pero ya es tarde –dijo-. Te quiero –y entonces murió.
Rin no aguantó más y comenzó a llorar, repasando los segundos que habían cambiado su vida: Joel adentrándose en el campamento, ella pisando la trampa y acribillada a flechas, Ulim salvándola de la trampa, Ulim besándola en la cabaña, Ulim ayudándola a salvar a su hermano... Todo se reducía a Ulim.
Joel le puso una mano en el hombro y ella reaccionó. Se incorporó y cerró los ojos de Ulim, unos hermosos y extraños ojos verdes que ya no verían la luz de nuevo.
Había sido capaz de salvar a su hermano pero, a cambio, había perdido al único hombre al que había amado.

lunes, 14 de mayo de 2012

UNA TARDE DE MARZO


Tarde de primavera en El Prado

El veintitrés de marzo de 2011 se convirtió, sin saberlo, en un día muy especial para ella; ese día   iba a cambiar algo en su vida: conoció a una persona que poco  a poco ha ido  ocupando un sitio en su corazón. Al principio todo era como si nada pero, sin darse cuenta, empezó a nacer  una bonita amistad entre dos personas que, a priori, eran bastantes diferentes.

La una se preocupa por la otra en silencio, hasta que un día una de ellas vio mal a la otra y no pudo evitar ir hacia ella, mirarla a los ojos y abrazarla con todas sus fuerzas. En ese mismo instante cambió todo.

A partir de ese momento empezaron a hablar, a contarse cosas que nadie más que ellas sabían. Se convirtieron en grandes confidentes la una de la otra. Claro está que nadie es perfecto y esta amistad no iba a ser diferente. Tuvieron sus peleas y enfados como cualesquier otras amigas, pero gracias a que a ninguna de las dos les gusta la situación de estar mal la una  con la otra, de no hablarse, de no mirarse, de hacer como si no existieran, todo se solucionó y volvieron a estar como antes.

Hasta que llegó un día que marcó su historia. Un día en el que por una frase, una simple palabra fuera de lugar, se jodió todo; todo lo que habían creado se fue a la mierda y ahí una se dio cuenta de que todo o nada se pasa en décimas de segundo, décimas en las que deseas morirte por no poder retroceder un instante de aquel momento que  o olvidarás jamás.

Una semana sin esa persona por la cual darías más de lo que tienes, por la que sientes que nada vale la pena sin ella, que le da sentido a todo. Por suerte, esa otra persona siente lo mismo que tú y  tampoco puede estar así contigo, sin esas miradas que lo dicen todo, esos gestos de complicidad y esas tonterías que solo entienden ellas.

Con esa situación ambas se dieron cuenta de que su amistad es verdadera, de que no pueden estar la una sin la otra. Porque hay cosas difíciles y esa es una de ellas. A partir de ahí, de ese mal momento que pasaron, dijeron que no volvería a suceder, que jamás volverían a estar mal porque poca veces se siente una amistad así.

Con el paso de los días, las semanas y los meses, esta amistad se convirtió en una adicción, tanto que sin ella no podrían vivir, y morirían a las pocas horas de perderla. Por suerte y por desgracia, no hay forma de de curarla.

Rocío Perales Núñez
3º ESO A
1º premio prosa categoría B

miércoles, 25 de abril de 2012

MINICUENTOS EN TWITTER



A propuesta de Juan Carlos, estos son los minicuentos con los que los alumnos de 3º A han participado en el Proyecto Alumnos sin Fronteras. Este es el minicuento de Lidia, pero podéis pinchar aquí si queréis ver otros cuentos de vuestros compañeros. ¡Buen trabajo! 

lunes, 23 de abril de 2012

DÍA DEL LIBRO



El 23 de abril se celebra el día del libro. Se eligió este día porque un día como hoy en 1616 murieron Miguel de Cervantes, William Shakespeare y Garcilaso de la Vega el Inca. (aunque realmente no es así: Cervantes falleció el 22 y fue enterrado el 23, mientras que Shakespeare murió el 23 de abril del calendario juliano, que corresponde al 3 de mayo del calendario gregoriano). También, un día como hoy murieron Wordworth y Josep Pla. 


En España se celebra el día del libro desde 1926. La idea se le ocurrió al escritor Vicente Clavel Andrés. Esta celebración arraigó pronto en España y en Cataluña, donde también se celebra el día de San Jordi, se extendió la costumbre de regalar rosas y libros este día. Hoy también es el día que se entrega el Premio Cervantes, el más importante en lengua castellana otorgado por el Ministerio de Cultura a propuesta de las Asociación de Academias de la Lengua Española. Este año el premio ha recaído en Nicanor Parra
, y a continuación uno de sus poemas. 

Aprovecho la hora del almuerzo...

Aprovecho la hora del almuerzo
para hacer un examen de conciencia
¿Cuántos brazos me quedan por abrir?
¿Cuántos pétalos negros por cerrar?
¡A lo mejor soy un sobreviviente!

El receptor de radio me recuerda
mis deberes, las clases, los poemas
con una voz que parece venir
desde lo más profundo del sepulcro.

El corazón no sabe que pensar.

Hago como que miro los espejos
un cliente estornuda a su mujer
otro enciende un cigarro
otro lee Las últimas noticias.

¡Qué podemos hacer, árbol sin hojas,
fuera de dar la última mirada
en dirección del paraíso perdido!

Responde sol oscuro
ilumina un instante

aunque después te apagues para siempre.



Y como despedida, la secuencia de la quema de la biblioteca de Farenheit 451, la película de Truffaut basada en la novela homónima de Ray Bradbury. Porque como dice el chiste de Forges..., un libro... Nada mejor para hablar en favor de los libros que la argumentación en contra del capitán de bomberos...



También puedes leer este post en http://leoqueleo.blogspot.com.es/

FELICES LECTURAS





Mi regalo del Día del Libro:este precioso corto premiado en los Oscar. ¡Disfrutadlo!